sábado, 24 de marzo de 2012

Un hombre susurró: Dios, habla conmigo
Y un Ruiseñor comenzó a cantar
Pero el hombre no oyó.

El hombre repitió: Dios, habla conmigo
Y el eco de un Trueno se oyó
Más el hombre fue incapaz de oír.

El hombre miró alrededor y dijo: Dios, déjame verte
Una Estrella brilló en el cielo
Pero el hombre no la vio.

El hombre comenzó a gritar: Dios, muéstrame un milagro
Un Niño nació
Mas el hombre no sintió el latir de la vida.

El hombre comenzó a llorar y a desesperarse: Dios, tócame y déjame saber que estás aquí conmigo...
Y una Mariposa se posó suavemente en su hombro
El hombre espantó la mariposa con la mano y desilusionado
Continuó su camino, triste, solo y con miedo".

Dios se presenta en nuestro camino de maneras diversas, nos bendice y nos entrea regalos a diario, en cada instante.

Cuando hemos dejado pasar las bendiciones y hemos tirado a la basura los regalos, nos damos cuenta de que en ellos se encontraba un incomparable tesoro con la firma de Dios

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